viernes, 16 de marzo de 2012

te venís al centro de rompedor


igual pero con lluvia
  Debo a un amigo querido una experiencia nueva y hasta hace unos años inimaginada en la ciudad donde nací: volver a mi casa sita en el microcentro desde el abasto en bicicleta una noche de verano y lluvia pasadas las cero horas por avenida corrientes. Es posible que aun sin su concurso tarde o temprano hubiera llegado a hacerlo, porque la capacidad y la técnica estaban ahí, y ni hablar la voluntad. Pero su donación (un biciclo) hizo posible que sucediera ahora y no en otro momento, cosa que sólo puedo agradecer: el tránsito no muy nutrido pero de todos modos vociferante cuando se acercaba en oleadas semáforas bajo la lluvia perfecta y limpia despejó mi mente y puso en su punto mi cuerpo. No lo olvidaré.

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