viernes, 10 de octubre de 2014

sueños II

ni de cerca la de mis noches sin ti
Una nave espacial me transporta por infinitos celestes. Poderosa, sólida, amplia, veloz, y al mismo tiempo un modelo antiguo cuya capacidad de transformación (su mutación a la velocidad necesaria) no está garantizada. Ahora se ven y se oyen cosas más livianas y rápidas, más efectivas, pero no sé… A mí todavía me gusta mi nave nodriza, con sus pasillos silenciosos, su seguridad, su aire a fortaleza o caserón. Su fundamento. Me pregunto cuán modular es, qué posibilidades hay de moverle piezas, ajustarlas de nuevo para que renazca a un nuevo esplendor inédito, etc. también intuyo que mi nave tiene cantidad de áreas, espacios, zonas que ignoro, cuya exploración aún no he encarado. Y que
está viva. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario