Me
tomó varios días poder pensar la postulación de Cristina F a la
vicepresidencia como una genialidad. Ahora sé que
conformará por igual a quienes quieren que encabece el gobierno y a
quienes no: estará y no estará, ambas cosas con igual verdad -se podría
sostener que en realidad no conformará a nadie, pero la
intensidad con que se leen sus acciones determina lo contrario:
siempre son afirmativas, aún para quienes la odian-.
alquimia
cristinista: de ex
jefe de gabinete a PM
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Ella
aporta a la sociedad de socorros mutuos Fernández su capital
político para armar un gobierno que de otro modo sería inviable, y una vez en él ejercerá una autoridad legitimada
no en la investidura de un cargo equis sino en que le ha sido
conferida desde antes por el pueblo. Tal posición será como mínimo
un gobierno que desde el vamos tendrá dos cabezas, porque el
electorado cristinista estará dándoles sostén. Por lo mismo,
una quita de apoyo lo llevaría su ruina. Qué pasará después,
todes queremos saberlo, pero Cristina ahora se resguarda por partida
triple, sigue en la pelea, se modera, tal vez también esté cansada.
vice |
En
virtud de ello, la movida es un ejercicio tan alto de democracia que
hace estallar la imaginación paupérrima de la cultura política
argentina, muy especialmente la de sus oponentes que apoyan al
gobierno actual (ni en su mejor momento podrían concebir una
maniobra con semejante poder innovador, y tardarán décadas en
entenderla): prefigura para el sistema institucional el ambicioso
futuro -ojalá lo veamos- al que aspira el legista ex supremo Eugenio
Zaffaroni: que a la cabeza del gobierno haya no un presidente ni una
presidenta, sino une primere ministre parlamentarie.