“Es posible que para
esta forma de desear haya condicionamientos genéticos […] Pero no
sólo soy homosexual porque la naturaleza lo haya determinado y no
pueda ser de otra manera: también soy homosexual porque serlo me hace feliz".1
Es la extrema manifestación de libertad que se lee en el manifiesto Wie Wir Begehren, de Carolin Emcke (Fischer, Alemania, 2012).
ya de chiquitxs felices |
Presentada como un juego lógico y
lingüístico, la idea (a la que tal vez le sobren el “sólo" y el "también”) significa una reorientación epistémica mortal en
términos de representación y causalidad. Mortal para la
justificación (que es decir para la tolerancia) de la vida
queer, que lejos de circunscribirse a las relaciones igualitarias
entre dos personas, explota en incontables variantes desde ese magma
cuyas bocas de alumbramiento -de expendio- están en internet.
1.
Gewiss, es mag für dieses Begehren genetische Konditionierungen
geben [...] Aber: Ich bin nicht nur homosexuell, weil die Natur das
so bestimmt hat, weil ich nicht anders sein kann. Ich bin auch
homosexuell, weil es mich glücklich macht.
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