lunes, 5 de septiembre de 2016

No lo digo yo, ¡me lo dicen!


   Pero es verdad: una vez más, la mala conciencia (“da lo mismo, era lo mismo, así son las democracias burguesas...”) del self made man (“¡meritocracia, meritocracia!”) que pontifica desde su merecido comfort ("no da para ponerse triste").

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