domingo, 19 de diciembre de 2010

Fiesta en boliche de palermo


   Ayer estuve en la fiesta de mlt, ex compañera del secundario que celebró sus 40. Nunca fuimos grandes amigos, dadas las insalvables diferencias: ella es una fervorosa católica, y yo detesto todas las religiones. No obstante mantuvimos desde entonces un contacto cordial, saludos para los cumpleaños, etc, cosa que las velocidades internéticas facilitaron -si hubiera dependido del teléfono, hace décadas habríamos abandonado toda comunicación-. 
   Fui a la fiesta solo, porque de mis relaciones más próximas nadie mostró interés, y como estoy medio colgado pensé “bueno, paso un rato y después me voy a otro lado, a bolichear por ahí”. Llegué cerca de las 2:00, y me sorprendió una celebración llena de variadas vidas. Lo mejor es que en la fiesta, que tuvo lugar en un boliche de palermo de lo más in, había gran abundancia de putos, lo que se explica no por la innegable apertura de la siempre católica mlt, sino porque festejaba su cumpleaños junto con un amigo o colega que se ve que es del palo. Así que la pasé joya, bailé muchísimo y sobre todo fui espectador del state of the art de al menos cierta parte de la vida porteña (no la que más me interesa, pero por suerte el mundo es así de variado), que me he perdido los últimos 10 años. Durante la noche me le acerqué a un chiquito de lo más agradable, no tendría más de 24, y respondió con una danza ondulante y llena de energía, en la que arqueaba todo su cuerpo.

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