domingo, 13 de diciembre de 2015

hablando unx se entiende


   -¿Te parece que Hamlet se enojaría si vos (su prima) y yo (su novio) tuviéramos algo sexual?
   -No, para nada -contestó con la velocidad de quien tiene lista la respuesta-.
   -Bueno, yo estoy completamente afín, te aviso.
en pelotas en el campo pintó
   Estábamos las dos desnudas tiradas en sendas reposeras a la sombra de una morera. Diez minutos antes, ya en bolas (ni bien nos quedamos a solas se sacó todo: así de nudistas son estas europeas, y yo no me quedo atrás), nos habíamos fumado mi último porro. Guardó silencio y no tardé en poner otra fichita: espero que mi pregunta no te haya incomodado.
   -No, en absoluto -aseguró- ninguna incomodidad.
   Se levantó para ir a buscar frutas o al baño (muy nudista pero no se atrevió a hacer pis en el pasto) y cambié de lugar las reposeras (algo que veníamos haciendo cada tanto para no perder la sombra de los árboles, que también se movía), que siguieron paralelas compartiendo una misma dirección pero ahora en sentido opuesto: la mía de frente al Norte y la suya hacia el Sur. De modo que cuando volvió a recostarse pude dedicarme a mirar su hermosa concha rozagante y ella -de a ratos al menos supongo- a estudiarme la pija, que iba y venía en los clásicos cambios de estado que exacerban el sol, el calor y el aire libre, cosa que apenas me ocupaba en disimular levantando la pierna que quedaba de su lado en momentos especialmente tensos. Para no ser guarango. Hasta que medio abrió las piernas y abandonó su centro a mi observación descarada.
   -Qué bien se ve tu concha desde acá -dije al cabo de unos minutos, era verdad-.
   -Un punto de vista inmejorable -comentó con una sonrisa.
   -¿La puedo tocar?

después salimos a caminar
   Sentí entonces las henchidas paredes sonrosadas, las superficies mullidas, los bordes multicolores, el clítoris y el punto g. Cuarenta minutos más tarde estábamos a full.
   Más tarde me manifestó dudas sobre su respuesta a la pregunta que había iniciado la deriva. Le dije que por mi parte estaba cien por ciento seguro no sólo de que Hamlet no se iba a molestar sino de que incluso le iba a dar alegría saber que nos habíamos entendido a tal punto, pero se lo había preguntado para sacar el tema y darle una excusa, en caso de que no tuviera interés, para negarse.
  Así fue: estábamos en pelotas en el campo y pintó garchar :)

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