lunes, 12 de marzo de 2012

Manuscrito hallado sobre una mesa

Por DI para EDM
   Cuando me mudé a vivir solo tenía 23 años, y mi abuelo, que ya estaba con un pie en la tumba aunque lo ignoraba, me hizo ir a su casa.
   –Fijáte en la mesita ésa que está en la esquina –me dijo.
  Es una mesa baja, de madera (o de algo que la imita muy bien), con tres patas cilíndricas que conforme se acercan al piso se distancian. La tabla forma un triángulo que está mutando a círculo, cubierto de una especie de acrílico transparente bajo el cual se ve un dibujo que para la época (los setenta) era moderno, y hoy sigue siéndolo: finas líneas circulares de color rojo y blanco definen elipsis que se cruzan sobre un fondo negro, acompañadas de dispersos círculos llenos, mucho más pequeños, como manchas, de los mismos colores. Una mesa que nunca antes había visto en lo de mi abuelo, aunque lo había visitado lo suficiente.
   –¿La querés?– me preguntó.
  Cómo no la iba a querer, si está buenísima (y así es que todavía hoy motiva el comentario elogioso de cualquiera que la vea).
   –Bueno –agregó–. La mesa era de tu tío, y cuando fui a su casa a levantar todo, encima tenía esto.
   “esto”es el relato que sigue, escrito a mano en un raro papel amarillo. Mi tío integra desde el año ‘77 la lista de desaparecidos de la Dictadura.

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